EUROPA
PRESS
28 febrero
2018
Hacer
ejercicio aeróbico frena el deterioro cognitivo que causa el Alzheimer
Científicos de la Universidad de
Connecticut en Storrs (Estados Unidos) han
descubierto que el ejercicio aeróbico puede resultar efectivo para retrasar o
frenar el deterioro de la función cognitiva que sufren los pacientes con
Alzheimer, tras una revisión de diferentes investigaciones sobre este tema.
En su trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Journal of the American Geriatrics Society', evaluaron
los datos de 19 estudios realizados entre 2002 y 2015 que midieron el impacto
de la actividad física en la capacidad cognitiva de 1.145 personas ya
diagnosticadas o con un elevado riesgo de sufrir este tipo de demencia.
Casi el 90 por ciento eran ensayos controlados aleatorizados, que son el tipo de estudio más fiable, y la
mayoría de los participantes (71%) eran mujeres, mientras que la edad media de
todos ellos eran 77 años.
Aproximadamente la mitad participaron en programas de
ejercicios aeróbicos que, en algunos casos, también incluían ejercicios de
resistencia, mientras que el resto solo recibían la atención habitual que
requieren como consecuencia de su enfermedad.
Los ejercicios aeróbicos incluían caminar rápido, trotar,
nadar, montar en bicicleta u otras actividades que aumentan la frecuencia
cardiaca y fortalecen el corazón y los pulmones.
De media, los participantes los practicaban con una
frecuencia de 3,5 veces por semana, con una intensidad moderada, y cada sesión
duraba entre 30 y 60 minutos. Y aunque algunos de los programas analizados
apenas duraron 8 semanas, otros se prolongaban durante más de 6 meses.
"Encontramos un aumento estadísticamente significativo
en la función cognitiva que favoreció a aquellos grupos que practicaban más
ejercicio aeróbico, en comparación con los grupos control", ha explicado
Gregory Panza, principal autor del estudio.
Por ejemplo, entre las personas con una puntuación similar
en las pruebas cognitivas al inicio del estudio, quienes practicaban ejercicios
aeróbicos tenían al final del estudio una puntuación más alta que el 69 por
ciento que no lo hacían.
Diferentes
opciones para medir el deterioro
La función cognitiva se evaluó mediante diferentes
herramientas que evalúan la capacidad para la resolución de problemas, la
velocidad de procesamiento, la capacidad motora, la multitarea y la recolección
de eventos, así como el reconocimiento de objetos y la capacidad para
planificarse.
Los autores admiten que este estudio es el primero en
sugerir que el ejercicio aeróbico puede ser más efectivo que otros tipos cuando
el objetivo es preservar la salud cognitiva de los mayores con Alzheimer o con
riesgo de padecerlo, ha admitido Panza.
"El ejercicio puede cambiar la química del cerebro,
modificar los neurotransmisores asociados con la depresión, la ansiedad y el
estrés, así como los químicos asociados con el aprendizaje", ha apuntado
la directora del Laboratorio de Fisiología Aplicada de la Universidad de
Columbia, Carol Ewing Garber, que no participó en el
estudio.
Y todo ello, ha añadido, contribuiría a mejorar el estado de
ánimo, la resistencia al estrés y la funcionalidad del cerebro, como la
velocidad de procesamiento, la atención, la memoria a corto plazo y la
flexibilidad cognitiva, entre otras cosas".